Cuerpo y Mente siempre van de la mano

 

Ya quedó atrás la idea que cuerpo y mente iban separadas. Cuerpo y mente, siempre van de la mano.

La semana pasada os conté mi experiencia Celíacos vamos a Terapia y hoy le toca el turno a una Gran Profesional  Carme Brit

Hoy todo el mundo asume que ambos forman parte del mismo ser y por tanto se impactan mutuamente. Así pues, a nadie le extrañará que la celiaquía, igual que otras enfermedades, tenga un gran impacto a nivel mental y emocional.

Algunos investigadores denominan al estómago nuestro “segundo cerebro” ya que en él se albergan más de 100 millones de neuronas, muchas más de las que encontramos en la columna vertebral. Esta red de células permita vincular el sistema digestivo con el cerebro.

Teniendo en cuenta este dato, es sencillo entender el estrecho vínculo que existen entre ambos sistemas, digestivo y nervioso.

En mi praxis como psicóloga y coach, he tenido la oportunidad de conocer a pacientes, como Eva, que llegan a mí en la fase previa al diagnóstico o en la posterior.

Los que llegan en la fase previa al diagnóstico suelen presentar cansancio, dificultad de concentración, inestabilidad emocional (subidas y bajadas de ánimo), irritabilidad, entre otros,  y el denominador común es que no saben a qué atribuir estos síntomas ya que no existe una causa exógena lo suficientemente evidente como para justificarlos. Suelen llegar tristes y desorientados. ¿Qué me sucede? ¿Por qué no remonto? ¿Qué tengo? Son algunas de las preguntas que estos pacientes se formulan. En algunas ocasiones la sintomatología que presentan se parece a una depresión y puede inducir a confusión. Por eso es tan importante descartar a priori cualquier causa de origen orgánico.

En la anamnesis o historia clínica del paciente es muy importante. Que el psicólogo pregunte sobre enfermedades digestivas, intolerancias, enfermedades ginecológicas (en  el caso de mujeres), hormonales.

Es necesario asegurarse y realizar un buen diagnóstico diferencial. Algunos pacientes se extrañan cuando formulamos estas preguntas. Cuando es el especialista o médico de atención primaria  quien les deriva al psicólogo.

Una vez identificada la celiaquía el paciente entra en una situación que suele tener diferentes fases:
  •  Negación: “cómo me está pasando esto a mí”, “no puede ser”, “quizás se han confundido”
  • Rabia-Ira: “ vaya porquería vivir siempre así, sin poder comer lo que quiero”, “esto es un asco”, “no puedo comer de nada”, “encima de no poder comer lo que quieres además es todo más caro”, “soy rara/o”, “ salir a comer conmigo es todo un show”
  • Aceptación: “ahora sé lo que tengo y quiero aprender a vivir con ello”
  • Adaptación: “ya estoy acostumbrado a ser celíaco, tengo mis rutinas bien establecidas, conozco los restaurantes dónde puedo ir y hago de cada salida un descubrimiento”

Llegar a la adaptación es un proceso cuya duración depende totalmente de la persona. De su capacidad de asumir los cambios, de resiliencia y también del apoyo familiar y/o terapéutico con el que cuente.

Las emociones que suelen estar presentes en este proceso son la tristeza, la rabia, la frustración.

Es importante que el celíaco/a pueda expresar libremente sus emociones con su familiares y amigos. Ser comprendido fomentará la confianza en sí mismo y le animará  a  normalizar su situación. También se recomienda compartir inquietudes, dudas, temores con otras personas que también padecen la misma condición. Liberar la frustración permite dejar espacio para construir una nueva vida sin gluten.

La ayuda de un profesional permitirá que esta nueva etapa se pueda vivir de una mejor manera.

 

Sobre el autor

Eva Escorihuela

Me llamo Eva, nací en Barcelona aunque tengo sangre Andaluza por parte de madre. Soy Administrativa para una empresa de servicios desde hace 16 años. Celiaca, aunque diagnosticada solo desde hace ocho años.

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