Hoy os traigo mi viaje a una ciudad de Europa.  Dos lugares sin gluten en Budapest.

Tengo que reconocer que es un destino que se me resistía, no tenía especial interés por ir.

Aunque mi amiga de viajes lo volvía a sacar cada vez que teníamos que tomar la decisión.  Buscar donde íbamos de viaje.

Al final dije que sí. En ese momento no había mucha opción para los celiacos o yo no encontré mucha información para poder viajar.

Nos alojamos en el Hotel “Central 21”, no muy céntrico. Pero en una zona de restaurantes y bares con un toque muy bohemio.

Pasamos 4 días sensacionales, donde acabe encantada con la ciudad. Cierto es que tuve algún que otro problema con la comida. Me quede una noche sin poder cenar (no encontramos nada de nada y acabe encontrando un pequeño supermercado donde pude comprar unos plátanos y como en el hotel tenía alguna que otra provisión, que había traído desde Barcelona “nota: recordar llevar siempre algo de comida, bien sean barritas, frutos secos, galletas dulces y saladas, tortitas de arroz-maíz y si es posible algo de embutido envasado. Eso es lo que yo suelo llevar”.

En la ciudad hay muchas cosas para ver: Puente de las Cadenas, Castillo de Buda, Parlamento, Mercado Central, Sinagoga, Museo del terror, además de pasear varias veces por la calle Vaci Utca.

Una visita obligatoria si o si es pasar un día en uno de sus muchos balnearios. Nosotras estuvimos en el Balneario Gellert. Sin duda uno de los Balnearios más conocidos, su precio es asequible y puedes pasar una mañana estupenda.

De toda mi estancia allí os puedo recomendar dos restaurantes a los que yo fui. Uno es el restaurante Papika (calle Dozsa György ut, 72). Lo encontré por internet y aunque queda un poco lejos de todo, fue una buena elección. Después de pasar todo la mañana en remojo.

Otro de los restaurantes donde fuimos fue el café Kor (calle Sas,u17) muy cerca de la Basílica de San Esteban, otro imprescindible. Allí fuimos a parar después de visitar la ciudadela, Castillo Buda. Donde puedes subir con un tranvía y desde donde tienes una vista sensacional de todo Budapest.

El Café Kor, no es un restaurante que encontrase en ningún grupo o blog de celiacos. Simplemente después de buscar y preguntar en muchos restaurantes me dijeron que no había problema, que podían prepararme un bistec con unas judías verdes y arroz blanco, nos dieron un trato increíble y además parecía un restaurante típico, mi amiga pudo degustar uno de los platos típicos de Budapest.

El ultimo día yendo a ver la gran Sinagoga, encontramos una cafetería muy moderna. Llamada Torn Dixon “café Solinfo”, paramos a desayunar. Yo tome un gran zumo de frutas.

Sin dudarlo, lo mejor del viaje fue encontrar varias pastelerías con productos sin gluten “Lipoti Pekseng”. Tenían pan y muchos dulces típicos.

Compre varias veces ya que una de las pastererias está muy céntrica. Así que pude desayunar e incluso pude llevarme varias cosas en la maleta. Porque siempre hay que dejar sitio en la maleta por si encuentras algún artículo sin gluten de ese país.

Un viaje que a priori no llamaba especialmente mi atención, se acabó convirtiendo en una gran experiencia y otra muestra más de que aunque no es fácil encontrar un lugar donde comer, nunca debes dejar de viajar.